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domingo, 24 de agosto de 2014

Rejas y preguntas locas



La pregunta es: ¿Cómo se pinta la parte exterior de rejas de ventanas y balcón? Y la respuesta loca, incluyendo las que aparecen en la red...'Han de ser rejas que puedan quitarse con facilidad'. Ya. Y ¿Para qué carallo quiero yo rejas que se quiten fácilmente, cuando justo su misión es impedir la entrada? Deducción: no se pintan por fuera, y que el Diablo reparta cartas.


Como veis, los materiales son simples: esmalte negro de exteriores, disolvente, brocha y pincel. Antes de empezar estaba así...




Tras algunas horas de pacientes brochazos y pinceladas, teniendo cuidado con las gotas (se quitan al instante con disolvente estando frescas), afinando el pulso y cantando si hace falta, queda así:




Las manchas que os hayan podido caer en las manos también se quitan con disolvente. Brocha, pincel y recipiente han de lavarse con lo mismo y luego con agua y jabón. Dejarlas secar bien, o si vais a dar una segunda mano dejarlas, limpias, en agua.

Imágenes propias, bajo la misma licencia del blog.

jueves, 21 de agosto de 2014

Lima y calabaza: Operación Pepe Goteras y Otilio.

Esperamos que estéis pasando un buen Agosto, nosotros como habréis adivinado hemos aprovechado estos días estivales para adecentar un poco nuestro hogar, hemos tenido la gran suerte de tener la inestimable ayuda de mis padres que están más bregados en estas lides.

No os voy aburrir con una larga crónica épica de nuestras aventuras ya que se acabaría el mes y no habríamos terminado. Pero si compartiremos algunos trucos y experiencias que esperamos os sirvan.


A la hora de elegir los colores y qué tipo de pintura nosotros miramos primero en una gran superficie y después en pequeño comercio especializado, visitamos varias, hasta encontrar la que nos convenció.



Pintura plástica blanca para los techos y un verde lima y un calabaza que ha dado más claridad a toda la casa.  Compramos los colores, pero también es posible comprar pintura blanca y los tintes y hacerlo uno mismo.
Comenzamos desde el fondo de la casa hacia fuera. Primeramente vaciamos la habitación de objetos y muebles dejando solo aquello que no es posible mover o sacar cubriéndolo con sabanas o plásticos.

No está de más quitar el polvo de las paredes y los techos, y tener la fregona y el cubo a mano antes de comenzar la tarea. Dependiendo del número de personas que pinten es coherente repartirse el trabajo.

Éramos cuatro: dos más expertos y dos menos, por lo que el trabajo que comenzaba pintando el techo de la habitación uno pintaba a rodillo, dos iban detrás haciendo los detalles, y una última persona  con la fregona limpiando las gotas que caían.

Sensato es ir rotándose y tomándoselo con mucha calma y sobre todo en esta época cuando hace mucho calor hacerlo en las horas más frescas de la mañana.
Hay quien utiliza cinta para los rodapiés y enchufes e interruptores para manchar lo menos posible, eso es decisión de quien pinta.
Es una buena idea que nos dieron a toro pasado, que el suelo este húmedo cuando se está pintando, ya que la pintura se quita mejor.
Recomendable acabar la habitación,  después montarla y seguir con otra después, para que no se monte el caos primigenio.





Ventanas abiertas y todo bien ventiladito.

Seguramente hay más consejos o cosas que decir, pero eso lo dejo para los expertos que quieran sumarse y compartir experiencias.

A Disfrutar de lo que queda. Un saludo. 


Imagenes propias bajo la misma licencia de el Blog. 

domingo, 3 de agosto de 2014

La Chouffe: El gnomo y la trufa.



Paseando por el bosque, un poco laberinto y un poco espectral, entre cientos de productos por elegir me sonrió desde el papel impreso un pequeño gnomo intrépido buscador de trufas, venido de las Ardenas mágicas, de un pequeño pueblo de cincuenta habitantes llamado Achouffe, donde  fabrican la cerveza en un negocio familiar. Tierra de duendes y gnomos muy propicia para  perderse en busca de aventuras.


La metimos en nuestro zurrón y nos la trajimos para casa con el propósito de catarla y disfrutarla para después compartir nuestras impresiones con todos vosotros.


El envase es curioso ya que sus formas recuerdan a un gnomo pequeño pero regordete. Está hecha con agua de manantial, cebada, cilantro, levadura y lúpulo. Ha pasado por una doble fermentación y tiene ocho grados.


Es rubia oscura y se puede tomar fría o del tiempo,  puede acompañar  una cena, o un postre, ya que es muy digestiva. Nosotros la probamos con una cena discreta y también con postre, y nos parecido perfecta.

Según nuestra experiencia hay que tomarla reposadamente y mientras se mantiene una grata conversación en buena compañía, y si es en soledad pues haciendo algo que nos guste.


Es una cerveza de dos tragos, cuando se toma un sorbo no es suficiente para apreciar el sabor, suave al principio y después recuerda  a la tierra y a las trufas, para convertirse más tarde  en permanente en el paladar y el recuerdo, igual que una tormenta de verano, o una tarde de sol en invierno.
Nos costó dos euros la botella, la compartimos y creo que es una buena experiencia y si después os apetece ir a buscar trufas recordad que el gnomo esta por ahí fuera.


Buen verano.



Fuente de la imagen propia, bajo la misma licencia que el Blog.